jueves, 15 de diciembre de 2011

Esa es la chica


Quien diga que el primer amor no es inolvidable, miente. Siempre se recuerda la belleza del sentimiento que entonces se sentía. Dentro del corazón se sigue sintiendo la presencia de esta persona primera, por muchos cambios que la vida nos dé, y por maravillosos que estos sean. Yo, hace 30 noches, soñé con ella, y hacia muchos meses, por no decir un año, que no la mencionaba ni la pensaba a duras penas. Sí, no te esperas que recuerdos de ese tipo afloren, y el día menos esperado aparecen así, sin más. Os voy a contar lo que soñé. Me quedaba mirando un escaparate de cristal, era un escaparate lleno de fotos, y entre ellas estaba la de esta chica, una magnífica foto de su joven cara, sonriendo, como a mí tanto me gustaba. Era de día y el sol reflejaba el cristal, se ve que serían la una de medio día, porque empezaron a salir madres con sus hijos pequeños. Y entonces, por el reflejo, la vi a ella, hablando con la que parecía ser su hija. Me giraba y las veía a las dos con más claridad, pero había mucha gente y no las veías lo suficientemente bien. Yo sonreía y me alegraba muchísimo. Intentaba acercarme a ellas entre la multitud, pero alguien me llamaba, me agarraba y me decía que teníamos que irnos, con rapidez. Y ahí acabó el sueño…

Bien pues, espero de corazón que os guste el siguiente poema, compuesto el 15/07/2009:


 Esa es la chica
A la que un día fui a amar,
Yo me preguntaba
Que por qué todos los días
La tenía que pensar.

Y me dio alegría
Ver su sonrisa, allá en la lejanía,
Con solo verla pasar.
Yo le preguntaba al corazón
Que por qué en ella me iba a fijar.

Esa es la chica
A la que un día no pude olvidar,
A la que en tres años,
Tres veranos la fui a esperar.

Ella es la chica, lo es y lo será
Puesto que a ninguna otra,
En mi regazo,
Puedo yo imaginar.

Yo me preguntaba
Que por qué brillaban
Sus ojos como esmeraldas
Y por qué no buscaba luz
En alguna otra que me fuera a gustar más.

Esa es la chica
De la que un día me fui a enamorar.
Yo me pregunto
Que para que busqué
Si aunque esperé
Ninguna como ella pude jamás encontrar.

María José Cabuchola Macario


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