viernes, 23 de diciembre de 2011

Guerra de pétalos

Vaya... qué recuerdos me trae esto.
¡Y todos buenos, la verdad!
Compuse esto, que no sé si considerarlo poema, en el 2007, acabando ese año me vino la inspiración para escribir por primera vez contemplando una tormenta y añorando a mi primer amor.

 Disfrutadlo, como yo lo hice del sentimiento.
¡Feliz navidad!



Guerra de pétalos


Dulce susurro del aire, tráeme aquí su pelo, todo palpitar

De truenos, que resuenan de noche en los cielos.
Celestes añiles colores que dibujen su silueta,
Haced surgir de mí una sonrisa de tristeza.
Llana es la brisa del mar que cae al atardecer,
Más recuerda a su mirada, casi al anochecer.
Vela en sueños cada estrella que se refleje en mí ser,
Más por ser tan bella sufro al no tenerla poder.
Sella el surco de sus luces en el suave de su piel,
Admirando tal nobleza ansiada de poseer,
Virtud que se  precie en ella, debe adorarse después.
Sálvese llanto en su rostro, sálvese espina en sus pies,
Cual alma hermosa encerrada, cual ave hermosa caer.
Un espejo al caerse siempre tarda en reponer,
Una lágrima apagada siempre tarda en emerger,
La suavidad de unas palabras siempre surgen sin querer,
Al igual que mi esperanza de otra vez poderla yo ver.
Imposible es el anhelo, imposibles los desvelos, las noches
De incertidumbre y también las de consuelo.
Roja intensa es la ceniza del corazón hecho pedazos,
Y si de algo vale el descanso, es saber que ella aún está viva.
Dulce sueño de alegría, tráeme aquí su sonrisa,
Caminando sin reparo, en medio de charcos y prisas,
Niños buenos que juegan al trote, con sus ropas sucias o limpias,
Dejando entre ver por las calles la bondad de su dulce risa.
Blancas nubes de amapola que residen en los cielos,
Palpitar de aves volando al suave raso del suelo.
Nada es tan hermoso como un eterno sentimiento,
Acallada en silencio estaré si sigo llevándote dentro.

María José Cabuchola Macario


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