jueves, 10 de mayo de 2012

En el edredón...

¡Hola a todo el mundo! hoy debo comunicaros varias cosas. Por un lado, he eliminado del blog las entradas que contenían dibujos hechos por mí, como una buena amiga mía me recomendó, de modo que en un futuro no muy lejano haré otro blog dedicado a ello excepcionalmente. Por otro lado, sé que he pasado tiempo sin actualizar con un poema como Dios manda, por eso os he traigo uno, muy chulo, por cierto ;) ¡y a sabiendas de que me estoy saltando el hilo temporal que quería establecer con vosotros! pero qué se le va a hacer, así os mantengo en la incertidumbre con el libro, dado que este poema no está dedicado a mi primer amor, no. Este poema es muy especial, porque la persona a la que va dedicado, al leerlo, advertirá su significado. Igualmente, algún día os lo explicaré a los demás, el título y el poema en sí es sencillo, así que... ¡espero que lo disfrutéis y os guste mucho! 
Un saludo.


 En el edredón (28/11/2011)


Solo oyeron la noche
como dolor de mi silencio...

Yo no callé, los ojos no callan,
son como gotas de rocío
que fueron, como llanto cristalino,
a navegar por la costa de mi mirada.

Es invierno y hace frío,
solo tuve como protección mi aliento...

La respuesta a su indecisión
la abandonaron en brotes de pasión
sin Afrodita, que a mí, loca de amor,
me clavaba la punta de sus flechas
que iban directas a mi corazón.

Solo oí la dulzura del dolor
como sentido de mi noche...

Vislumbré un adiós por una puerta
y cegadas las pasiones, se ciegan las emociones,
cerrando tras de sí las heridas abiertas.
Y llevé una luz eterna para ella,
como Platón, después de prisionero en su caverna.

El recuerdo avanza indomable
extrañando el calor del vívido romance
que alimenta con ascuas el pecho,
que da valor y hace hablar al más cobarde
que susurra con intensidad los sentimientos
y hace de suspiros su alimento
cogiendo las manos, 
tomándolas por inmortales...

María José Cabuchola Macario

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