domingo, 18 de mayo de 2014

No hubiera despertado...

Son las tristes realidades tan opacas en sí mismas... La realidad es algo de lo que siempre me he querido desprender. ¿Y de qué manera? Soñando. Imaginando. Queriendo de verdad, queriendo... Ya lo decía Calderón de la Barca en su La vida es sueño:


¿Qué es la vida? Un frenesí.¿Qué es la vida? Una ilusión,una sombra, una ficción,y el mayor bien es pequeño:que toda la vida es sueño,y los sueños, sueños son



Uno no quiere despertar de la felicidad que le produce ese sueño. Uno se niega con dientes, con garras... Y estrecha esa ilusión, esos momentos mágicos, esa perfección absoluta. De ahí que haya escrito el poema que leeréis a continuación, escrito el 07/10/2013 y titulado No hubiera despertado... En él, hablo concretamente del mes de septiembre, pero en cualquier estación puede vivirse este sentimiento y deseo. 


Feliz tarde de domingo.




No hubiera despertado...

¡Rayos de luz, desvaneceos!
¡Nubes, cerradles el paso!
¡Oscurécete, día!
¡Sé noche!
¡Conforma un milagro!

No me hubiera despertado
de ese sueño de septiembre.

¡No termines, verano!
¡No termines!
¡Duerme!
¡Ojos... Cerraos...!
¡Luz, no quiero verte!

Despertar es, a lo soñado,
darle muerte...

Guijarros dorados
contra el ventanal arremeten,
¡Despertar para morir nuevamente
(sabed, humanos)
es acto desvaneciente!

¡Yo no hubiera despertado!
¡No despiertes!
¡Duérmete, septiembre!


Duerme...

María José Cabuchola Macario


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