Entrada especial - 18 años

¡BUENOS DÍAS A TODOS!

Hoy me apetece, en vez de publicar alguna de esas cosas que tengo guardadas en el cajón y que voy espolvoreando de vez en cuando, contaros que ayer cumplí 18 años y que la forma en que me he sentido desde esta mañana es increíble.

Me siento extraña. Ayer estaba eufórica, me desperté a las 7 de la mañana de los nervios y la emoción y fue pasando el día. Sucesivamente, casi sin darme cuenta. Tuve un día, por así decirlo, fantástico, como no lo había tenido desde hacía mucho. Fue como recuperar en un día todo lo que he ido perdiendo, como tener de pronto todo lo que había quedado en un supuesto pasado. Fue como tener algo que no crees volver a recuperar, y que de golpe se produzca el milagro.  No te lo crees. Me sentía feliz y triste a la vez. Y me di cuenta de que la tristeza era apagada, como si estuviera cansada, por eso era como si no la terminara de sentir. No creía en esa emoción tan inmensa de alegría porque sabía que iba a acabar. Y porque no creía en ella. Cuando vives mucho dolor en la soledad, tanto dolor que no creías poder sentir , cambias. Llega un momento en el que te secas la última lágrima y te das cuenta de que ya no llorarás más, Yo he dejado de sentir nada, llevo casi tres meses hecha de piedra, con un antiguo dolor que se ha convertido en vacío. Yo este último año me he tenido que desprender de cosas que jamás planteé que fueran tan importantes para mí de lo que han sido y son. Al cumplir los 17, hubo una temporada que viví con miedo al desconocimiento, a no saber nada sobre la vida y la muerte, y pensaba tanto en el tema que decidí ponerle solución aprendiendo un poco sobre la forma de pensar del ser humano, consiguiendo así quitarme ese miedo. Por eso ahora me encanta la psicología, porque da muchas respuestas a cosas que ni nos plantearíamos. También sufrí por que nadie entendía mi forma de escribir. Me lo repetían constantemente, cuando todo el mundo siempre me decía que escribía bien. Pero para el selectivo no era una forma de escribir adecuada...
Cuando hay algo malo de ti mismo que no puedes cambiar a las primeras de cambio, te sientes entre la espada y la pared porque no sabes cómo cambiar, y mucho menos si no tienes ayuda. Y cuando las cosas cambian irremediablemente entre la única persona que de verdad cree en ti y que trataba de ayudarte todos los días a mejorar, te das cuenta un buen día de que aquellos tiempos se perdieron, y te duele. Nadie tiene la culpa, es fantástico vivir las experiencias que surgen en nuestro camino, pero hay cosas de las que no te puedes desprender. Yo sigo sin poder desprenderme de esa forma de escribir iracunda y enrevesadamente barroca que quiero preservar para siempre, y sigo sin poder alejar de mi corazón a lo que ha sido una segunda madre para mí. Por eso con los 17 he aprendido tanto. La realidad es triste, pero es la realidad, no podemos vivir eternamente en la ignorancia. Quien vive de esta forma no crece como persona a mi parecer. Y hay que crecer interiormente. Solo espero que esta cobertura de piedra no se quede aquí demasiado, solo en los momentos oportunos para que no me hagan daño. He aprendido mucho y no podría haber deseado nada mejor en el día de ayer que lo que viví a lo largo de todo el día.
La vida es bella, como yo siempre digo. El amor siempre triunfa, y el recuerdo da luz a la oscuridad, y al corazón.
Tengámoslo siempre presente.

María José Cabuchola Macario