martes, 13 de agosto de 2013

A Plaza España

Me encuentro de vacaciones en la tierra familiar andaluza, tened en estima este poema que escribí el 19/05/2013, hace tres meses aproximadamente. Es un poema dedicado a la Plaza España de mi Valencia natal, allí donde se vivieron tantos sentimientos que quisiera que resurgieran o volvieran a repetirse, que se esfumaron tan prontamente. Se esfumaron, y yo creí que eso tardaría en suceder, aunque mi corazón no quería que sucediera. La plaza se ha quedado muy triste y balbucea...



A Plaza España



¡Qué triste parece la plaza ahora que el amor no se entrega!

Quién relatará ahora aquellas tardes en vela...

Allí donde se arrugaban, con empeño, la severidad de unos latidos,

allí donde se acunaron ilusiones a duermevela...

dos amantes, en la placeta, por el amor eran sacudidos,

y en algún otro lugar se formó, quizá, una querella...



El amor era esperado, buenamente recibido,

en una esquina pasaban con frenesí las páginas de un libro:

¡Qué triste parece la plaza ahora que el amor se ha ido!

no parece apenado ninguno de sus farolillos,

no parpadea, brillante, ningún último suspiro...

y anhelar parecen la llegada de algún otro desatino

hasta que cae la noche, cuando... ¡el olvido!

apaga las horas en un suspiro de alivio...



¡Qué triste parece la plaza ahora que el amor se ha ido!

en ella ese olvido, vencido por el recuerdo, se sorprende

a la espera de su parpadeante y siempre, atisbo...


María José Cabuchola Macario

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